Por un viernes blanco

Parece que últimamente los hispanos hemos entrado en la sociedad bilingüe, quizá fruto de la inversión que realizamos en las aulas, o quizá fruto del embelesamiento acritico que sentimos ante todo lo que proviene de EE.UU. Así, celebramos con un entusiasmo insólito Halloween, como si fuera una fiesta de singular arraigo en nuestro país, o escribimos nuestras ilusiones navideñas a un señor gordo vestido de rojo, en lugar de los Reyes Magos. La última adquisición de nuestra vocación estadounidensifófila es el Black Friday, que fue un invento del consumismo americano para iniciar la temporada de compras navideñas, justo después del día de Acción de Gracias. Como la mayor parte de los americanos se reúnen con sus familias para celebrar Thanksgiving, el cuarto jueves de Noviembre, y eso paraliza el país y sus tiendas, alguien decidió que era una buena opotunidad tener a todo el mundo tranquilo en su casa para comenzar el día siguiente a la celebración con rebajas. De ahí se vendió la idea c