Cuaresma y conversión ecológica

El próximo miércoles, los cristianos iniciamos un periodo litúrgico de gran significado espiritual. La Cuaresma representa un camino hacia la purificación interior, en preparación de la celebración de los grandes Misterios de la Pasión y Resurrección de Jesús que tendrán lugar en la Semana Santa. Ese camino de purificación se conoce tradicionalmente en la Iglesia como conversión. Esta palabra procede del latín " convertĕre", que significa etimológicamente dar un giro, cambiar. Pero se trata de un cambio profundo, no de una pequeña desviación. Por eso, la palabra conversión se ha empleado principalmente para indicar transformaciones vitales, tales como la de San Pablo (de perseguidor de los cristianos a difusor del Evangelio), y la de una larga lista de personas que pasaron de una postura indiferente o marcadamente antireligiosa a abrazar un hondo sentido del cristianismo: desde San Agustín en el s. V hasta Charles de Foucauld en el XX, y los innumerables conversos anónimos de