Bajar el IVA de los coches eléctricos es tomarse en serio la transición energética

Acaban de anunciarse las ayudas a la adquisición de vehículos, para respiro del sector del automóvil que está siendo ciertamente muy afectado por el impacto del Covid-19. Los detalles aún no se conocen, pues parte de ellas van a ser gestionadas por las comunidades autónomas, que puedan añadir algunos complementos, pero no deja de llamar la atención las cantidades que se asignan a la adquisición de vehículos de emisiones 0. Después de enviar al congreso la ley de Cambio Climático y Transición Energética, que comenté recientemente, no acabo de entender que se sigan manteniendo políticas tan poco contundentes para que esa transición sea más rápida. Se anuncia a bombo y platillo que van a concederse ayudas de hasta un máximo de 5.500 euros para los coches de emisión 0 (eléctricos de batería y de hidrógeno), como si se tratara de un programa excepcional, siempre que se achatarre un coche y contando con las ayudas de los concesionarios. A alguien le pueden parecer ayudas excepcionales, pero no lo son. Sin ir más lejos, hace tres años, cuando todavía gobernaba Rajoy, se dieron 5.500 euros para la misma finalidad, además sin requerir achatarrar un coche. El presupuesto asignado a ese programa era bastante escaso, ciertamente, creo recordar que 65 millones de euros, lo que le llevó a agotarse en 24 horas en cuanto se puso en marcha. Ese mismo año, en Alemania estaban dedicando 1500 millones de euros a la misma finalidad. Este año, tres años después y con un gobierno que supuestamente se vuelca en las políticas de mitigación del cambio climático y la reducción de la contaminación urbana (ojo son cosas distintas), las ayudas son incluso más exiguas y el presupesto asignado a esta partida resulta igualmente ridículo en el panorama de nuestro entorno.
Si queremos reducir las emisiones del transporte, tenemos que inviertir EN SERIO en la transición a otros medios de transporte eléctrico. Entiendo las dificultades de la industria del sector, pero no me parece razonable que la mayor parte de los 3.700 millones de euros que fomentan la adquisición de vehículos se sigan dedicando a tecnologías basadas en combustibles fósiles. La transición energética pasa por el cambio en los patrones de consumo, y no puede pedirse a los ciudadanos de a pie que sean más activos en la mitigación climática si no se les facilita la adquisición de medios de transporte limpios. Me parece que la vía no es la concesión de ayudas, siempre complicadas de tramitar, que generan confusión, un papeleo innecesario y un mensaje de que algo se financia en periodos específicos, no como una política permanente.
Si se estima que la movilidad tiene que ser eléctrica, y esto es muy claro para al menos las próximas décadas mientras se inventan otros medios de transporte, es preciso hacerlo con un mensaje claro, y no veo otro más sencillo que bajar el IVA de los coches eléctricos. En este momento, el IVA en la adquisición de un coche nuevo supone el 21 % del coste final, salvo para personas con movilidad reducida que supone el 4%. Tan sencillo como eso. Si alguien quiere poner un matiz, podríamos aplicar esa reducción del IVA solo a los coches por debajo de un cierto coste (por ejemplo por debajo de 40.000 euros). Eso implicaría que un coche eléctrico de gama media, por ejemplo un ZOE o un EGOLF costaría unos 5000 euros menos, precisamente la cantidad que se está ofreciendo como ayuda, pero sin límite de tiempo y sin ningún requisito adicional. Igual que la reducción del IVA a personas con difícil movilidad es un mensaje que se lanza a la sociedad, indicando nuestro apoyo a favorecer el desplazamiento para estas personas, reducir el IVA a los coches eléctricos envía un mensaje claro: es preciso reducir las emisiones de nuestros desplazamientos, por la salud de los habitantes de los centros urbanos y por la mitigación de uno de los retos ambientales más graves a los que nos hemos enfrentado.
Si queremos implicar mas a los ciudadanos en su acción climática, los poderes públicos, desde el gobierno central a los locales, deben lanzar mensajes claros: es preciso facilitar comportamientos virtuosos.

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